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El Pirineo aragonés, contra los mega parques fotovoltaicos: “Son la mayor amenaza para el mundo rural”

Mega parque de placas solares

Miguel Barluenga

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La proliferación de proyectos para la construcción de grandes parques fotovoltaicos en el Pirineo aragonés ha llevado a los afectados a unirse bajo unas siglas comunes, las de PDEPIRINEO (Plataforma en Defensa del Paisaje y la Vida en el Pirineo). Esta engloba a las comarcas de la Jacetania, Alto Gállego, Sobrarbe (la localidad de La Fueva) y Ribagorza. Quieren alzar la voz y sumarse a las mesas de negociación que se propongan desde las instituciones para asegurarse de que las voces de las personas que viven en el territorio se vean reflejadas en los textos legislativos. Ya han realizado varias acciones de protesta, como una tractorada este domingo en Jaca que congregó a 350 personas.

Según este colectivo, la instalaciones solares que se están proyectando en el Pirineo suman 1.300 hectáreas. Entre Sabiñánigo y Jaca, 900 hectáreas que afectan a Badaguás, Borrés, Pardinilla, Senegüé y Jaca. En La Fueva, 400 hectáreas más, un 20% del territorio del valle. A esto se añade el impacto de las correspondientes líneas de muy alta tensión para evacuar la electricidad, con un impacto “demoledor” en otras zonas del Pirineo.

La que se considera “la mayor amenaza que tiene el mundo rural y el sector del turismo” tiene antídoto. Desde la plataforma piden a los ayuntamientos de Jaca, Sabiñánigo, Aínsa o La Fueva una mayor restricción en sus planes de ordenación urbana. Jaca y Sabiñánigo tienen en vigor una moratoria mientras se estudia la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Y piden a los gobiernos central y autonómico una normativa marco.

Los parques van creciendo y aparecen algunos más en lontananza: uno en Senegüé y otros dos, denominados Sierra Plana 2 y 3, en Gracionepel y la pardina de Bescansa, cuya línea de evacuación llega hasta Biescas. Seis más en la zona sur de Pardinilla y otros cinco en Jaca. “Y les cae la pelota a los ayuntamientos, que hasta ahora el de Jaca y Sabiñánigo, han mostrado su oposición aprobando una moratoria a la concesión de licencias”, recuerda. También el consistorio de Biescas presentará alegaciones a la línea de evacuación proyectada.

Desde la plataforma saben que los ayuntamientos no pueden regular en cuanto a energía, “pero si pueden modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que es lo que están haciendo ahora”. Esta modificación sería suficiente para frenar este tipo de proyectos, ya que se trata de ordenar el suelo y su uso. Y el Gobierno de Aragón “no puede hacer intrusión en la normativa municipal”.

El camino de la transición energética hacia las energías renovables siempre debe ser “sostenible, garantizando la conservación de la biodiversidad, el paisaje y el modo de vida de los habitantes del territorio”. El incentivo de las administraciones locales y autonómicas para la implantación del autoconsumo, “debe ser uno de los principales caminos a seguir”, sostienen. Apoyan el impacto positivo de las energías renovables “de una forma ordenada, sin generar afecciones negativas e irreversibles en el territorio”.

Denuncian “el ataque a nuestros valles por parte de empresas que tratan de especular en el territorio con la instalación de grandes parques solares”. Los vecinos de las comarcas del Pirineo sienten “amenazado” el modo de vida que ha perdurado durante generaciones: “Si la normativa comunitaria, estatal y autonómica regularan la protección del paisaje, hoy no estaríamos aquí. La protección de un paisaje busca conservar los valores que lo caracterizan, y sobre todo preservar la interacción entre la naturaleza y la cultura de la zona”.

La administración está “obligada a garantizar, ayudar y procurar el mantenimiento de las actividades tradicionales que contribuyen al mantenimiento de sus valores y recursos naturales”. A esto hay que sumar “el impacto de las correspondientes líneas de alta tensión para evacuar la electricidad, que también tendrá un impacto demoledor en otras zonas del Pirineo, como la Ribagorza”. Estos proyectos “carecen de valor añadido para el territorio, dado que no generan riqueza, ni puestos de trabajo que logren asentar población en la zona, como ya han demostrado estudios de la Universidad de Zaragoza”.

Numerosos colectivos y grupos de expertos de España y Aragón están solicitando a las administraciones la regulación y ordenación, que logre proteger a los habitantes del medio rural de estos macroproyectos. “El modelo energético que amenaza la parte baja de estos valles inundará con paneles solares fotovoltaicos, estructuras metálicas y líneas de alta tensión las zonas más fértiles de cultivo. Este hecho generaría un efecto devastador en el sector primario, poniendo en peligro la continuidad de grupos básicos como cooperativas agrarias, y como consecuencia, el resto de agricultores y ganaderos de las comarcas quedarían gravemente afectados, poniendo en cuestión la continuidad de sus explotaciones”, desgrana la plataforma.

Esta advierte de que el sector turístico del Pirineo estaría “gravemente amenazado”. “La magnífica carta de presentación del Pirineo que hoy en día tenemos, se convertiría en paisaje lleno de paneles fotovoltaicos, lejos de la imagen que todos queremos para estos valles. El esfuerzo y las inversiones de los sectores agroganadero y turístico, así como del Gobierno de Aragón, han generado el mejor destino turístico de montaña, que no debe degradarse por la invasión de macroproyectos incompatibles con estas actividades”, concluye la Plataforma en Defensa del Paisaje y la Vida en el Pirineo.

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